jueves, 6 de enero de 2011

Leire Pajín no promueve la denuncia.

No se por qué defender la “denuncia” nos resulta tan estremecedor y si encima le añadimos la palabra “anónima” ya es el desastre total. Denuncia Anónimaaa“.

Quizá porque la asociamos con lo que sentimos cuando la Guardia Civil o la Policía Municipal nos pone una multa después de pillarnos cometiendo una infracción. Por mucho que nos quejemos nos van a denunciar.

La leyes, buenas o malas, nos gusten o no, nos perjudiquen o nos defiendan; están echas para cumplirse y si no se cumplen hay que denunciarlas, así de sencillo. Seguramente no haría falta esta ley Anti-tabaco si hubiera consenso entre fumadores y no fumadores. Pero no es así. No lo hubo con la anterior y no lo habrá con esta si los perjudicados no hacen valer sus derechos.

Si algún sentido tiene esta ley es proteger a los no fumadores de los fumadores, y si no hacemos que se cumpla no servirá para nada. No hay muchas formas correctas para hacer que se cumpla una ley que no gusta, pero entre las buenas está (sin lugar a duda) la denuncia del ciudadano. Luego están las denuncias de autoridades, o la opción menos democrática de darle un botellazo en la frente al que no haga caso y ponerlo de patitas en la calle, pero esta última no es recomendable.

Nos suena muy bien lo de: “denuncia el maltrato” “denuncia el abuso” “denuncia la corrupción”, pero… que se denuncie a alguien que incumple una ley que desagrada al 35 o 40% de la población (téngase en cuenta que a muchos “no fumadores les parece exagerado el texto aprobado) no está tan bien visto, tanto por los propios fumadores incumplidores de la ley; como por los que esperan sacar rendimiento político del revuelo para desgaste del gobierno.

Es una pena que la Sra. Ministra y su entorno favorable tenga que justificar una palabra que otras veces suena tan bien. Si Sr. Ciudadano cuando no se cumpla una ley denuncie, y si teme algún perjuicio por este deber social, denuncie anónimamente y esté seguro que con esta acción ayudará a mucha gente que no se atreve a levantar la voz, ni la vista. También le digo que tampoco hay que ser muy quisquilloso.

O ¿es que pretendemos comparar estas denuncias anónimas con aquellas que ayudaban y siguen ayudando a ciertos regímenes a combatir disidentes? “denuncia al inmigrante” “al judío que se esconde de los nazis” “a los que promueven alternativas políticas” “al que no piensa como tu”.

La anterior ley fracasó a pesar de que contemplaba suficientes medidas como para que esta Ley Anti-tabaco no tenga sentido, porque no se cumplía, y no se cumplía porque ni las Autoridades ni los Ciudadanos las hacíamos cumplir. 

2 comentarios:

  1. Menos crispación y más diálogo nos vendría mejor. Sin duda alguna.

    Saludos

    http://mapadeutopias.blogspot.com/2011/01/leon-de-la-riva.html

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  2. Claro que sí, denuncias anónimas... y donde queda el Estado de Derecho? Te has parado a pensar la indefensión en que sitúas a un montón de gente? Por otra parte... estás comparando a un fumador con un maltratador o un ladrón? Pones en el mismo nivel de obligación para denunciar presenciar una violación que ver a una señora fumándose un cigarrillo a la puerta del colegio de sus hijos?
    No me lo puedo creer...
    Saludos.

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